El regreso de Boca a la ciudad de Buenos Aires fue postergado por un imprevisto en el avión y debió pasar la noche en Mar del Plata, con la intención de volver a entrenarse este domingo en Casa Amarilla.

Luego de la goleada propinada a Aldosivi, que dejó a Boca a un paso de alcanzar otro título en Primera División, la delegación se trasladó en micro desde el Estadio José María Minella hasta Camet, donde se encontró con un vidrio astillado que impedía el vuelo privado.

El cuerpo técnico encabezado por Guillermo Barros Schelotto había planificado cenar en Puerto Madero después del aterrizaje, y dividir el día de mañana entre los ejercicios en La Boca y los festejos personales del día del padre antes de la concentración para la visita a Olimpo. 

Sin embargo, aproximadamente, a las 21.30, se hallaron de vuelta en el hotel que los había albergado de cara al encuentro con Aldosivi, donde se sirvió la cena y quedó todo dispuesto el descanso previo al viaje rumbo a Capital Federal, que se realizaría a las 9 de la mañana.

"Fue una desgracia con suerte", declaró el dirigente Juan Carlos Crespi. Los pilotos encontraron el avión en ese estado, y la sospecha principal es que se trató de un acto vandálico.

El viernes, Boca tampoco no había podido viajar a la ciudad en avión debido a la niebla sobre Buenos Aires. Entonces, para no arriesgar el poco tiempo disponible, lo hicieron en colectivo.